LA LAGUNA DE HUACACHINA:
La laguna de Huacachina es un oasis ubicado a cinco kilómetros al oeste de la ciudad peruana de Ica, en medio del desierto costero del Pacifico. De aguas color verde esmeralda, surgió debido al afloramiento de corrientes subterráneas y alrededor de ella hay una abundante vegetación compuesta de palmeras,eucaliptos (especies introducidas) y la especie de algarrobo conocida como huarango, la que sirve para el descanso de las aves migratorias que pasan por esta región. Todo ello contribuye a hacer de Huacachina uno de los lugares más vistosos y bellos de la costa peruana. Conocido también como el oasis de América.
EL BOSQUE DE PIEDRAS:
En la ciudad de Ica, existen un complejo megalítico de formas extrañas basicamente antropomórficas y zoomórficas, interesante para realizar estudios.Debe ser a unos 5 kilómetros al este de la región Ica, se encuentra el Distrito de Parcona, a unos 10 minutos caminando se tiene la presencia de complejo megalítico de piedras, pueden haber sido causados por continuos vientos, se conocen como los bosques de Piedra “los Frailes”, inclusive desde la época de la Colonia, su existencia tiene dos interpretaciones.
LA BRUJA DE CACHICHE:
En la hermosa ciudad de Ica , Se encuentra el encantador pueblo de Cachiche, que fue sinónimo de hechicería para muchos en el país.
Cachiche, de acuerdo con los ancianos de Ica, albergó incontables mujeres que poseían poderes sobrenaturales. Los lugareños mencionan que estos poderes servían para extirpar los males del cuerpo y preparar brebajes para diversas santerías.
Cuentan que la bruja más famosa de Cachiche fue Julia Hernández Pecho Viuda de Díaz, quien murió a los 106 años de edad, luego de una vida llena de hechizos y brebajes especiales. Relatan que esta bruja mencionó que Ica se hundiría cuando crezca la séptima cabeza de laPalmera de las Siete Cabezas.
Esta palmera también es otra atracción turística de Ica, con sus propias leyendas y especial por tener una curiosa forma: nacen del suelo seis palmeras que parecen serpientes, en lugar de salir erguidas.
¿Y la séptima? Pues siempre es cortada por la gente antes que salga a flote, ya que las personas siguen creyendo en lo que dijo Julia Hernández. Tanto el pueblo, como la palmera, tienen sus encantos y reciben a miles de turistas al mes.
La Vendimia:
El Festival Internacional de la Vendimia de Ica se lleva a cabo todos los años, los primeros días de marzo. Es una celebración que nació para darle realce a la actividad vitivínicola de esta parte del Perú y desde los primeros días de marzo, se dan cita todas las noches, grandes artistas nacionales y extranjeros. El local de espectáculos cuenta con el personal de seguridad necesario, así como efectivos de defensa civil y tópicos ambulatorios necesarios para la atención del público. Además hay fuegos artificiales, shows infantiles, juegos mecánicos, entre otras atracciones.
La Vendimia consiste en despojar a las parras de sus frutos para utilizar el jugo con el cual se elaboran los vinos y piscos que tanta fama le han dado a esta ciudad sureña, que desde 1958 organiza la Fiesta de la Vendimia.
En este festival se celebra y se rinde homenaje a la Vid, planta de la cual se obtiene la jugosa uva iqueña que nace formando racimos con su calidad y dulzura. De este fruto se obtienen los más finos y delicados licores que hacen famosa a la ciudad de Ica, la region vitivinicola más importante del país.
La Virgen del Rosario de Yauca
A comienzos del siglo XVIII, en la inmensa y desolada pampa de Yauca, que se extiende al sureste de la ciudad de Ica, fue encontrada escondida entre matorrales por los lugareños una pequeña escultura de Nuestra Señora del Rosario, con el Niño Jesús y un rosario nacarado en sus manos. Se presume que la imagen, de aproximadamente 60 cms. de altura, fue abandonada por arrieros que al bajar de la serranía ayacuchana se perdieron en medio del desierto iqueño.Según los testigos presenciales, que suscribieron un acta con los hechos que hemos narrado, el acontecimiento ocurrió el 3 de octubre de 1701. Gracias al documento sus nombres no quedaron en el olvido; fueron ellos Nicolás Ortega, Diego Gutiérrez y Francisco Córdova.Pensaron entonces en trasladarla a Ica, pero al intentar levantarla no lo consiguieron. Interpretaron el hecho como un deseo de la Madre de Dios de permanecer en aquellos descampados. Con la ayuda de Calixto Muñoz le edificaron una sencilla capilla en las inmediaciones; y fue sólo después de una plegaria suya que la imagen se dejó conducir suavemente a su nueva morada, ante el asombro de toda la concurrencia. La noticia corrió por valles y montañas, y desde entonces la Virgen de Yauca es venerada por sus hijos iqueños, que la hicieron su Patrona, y especialmente en el mes de octubre le tributan filial y cálida devoción.
La Achirana Del Inca:
En 1412 el Inca Pachacútec, acompañado de su hijo el príncipe imperial Yupanqui y de su hermano Cápac-Yupanqui, emprendió la conquista del valle de Ica, cuyos habitantes, si bien de índole pacífica, no carecían de esfuerzo y elementos para la guerra. Comprendiolo así el sagaz monarca, y antes de recurrir a las armas propuso a los iqueños que se sometiesen a su paternal gobierno. Avinieron estos de buen grado, y el inca y sus cuarenta mil guerreros fueron cordial y espléndidamente recibidos por los naturales.
Visitando Pachacútec el feraz territorio que acababa de sujetar a su dominio, detúvose una semana en el « pago » llamado Tate. Propietaria del pago era una anciana a quien acompañaba una bellísima doncella, hija suya.
El conquistador de pueblos creyó también de fácil conquista el corazón de la joven; pero ella, que amaba a un galán de la comarca, tuvo la energía, que sólo el verdadero amor inspira, para resistir a los enamorados ruegos del prestigioso y omnipotente soberano.
Al fin, Pachacútec perdió toda esperanza de ser correspondido, y tomando entre sus manos las de la joven, la dijo, no sin ahogar antes un suspiro:
— Quédate en paz, paloma de este valle, y que nunca la niebla del dolor tienda su velo sobre el cielo de tu alma. Pídeme alguna merced que a ti y a los tuyos haga recordar siempre el amor que me inspiraste.
— Señor -le contestó la joven, poniéndose de rodillas y besando la orla del manto real-, grande eres y para ti no hay imposible. Venciérasme con tu nobleza, a no tener ya el alma esclava de otro dueño. Nada debo pedirte, que quien dones recibe obligada queda; pero si te satisface la gratitud de mi pueblo, ruégote que dés agua a esta comarca. Siembra beneficios y tendrás cosecha de bendiciones. Reina, señor, sobre corazones agradecidos más que sobre hombres que, tímidos, se inclinan ante ti, deslumbrados por tu esplendor.
— Discreta eres, doncella de la negra crencha, y así me cautivas con tu palabra como con el fuego de tu mirada. ¡Adiós, ilusorio ensueño de mi vida! Espera diez días, y verás realizado lo que pides. ¡Adiós, y no te olvides de tu rey!
Y el caballeroso monarca, subiendo al « anda de oro » que llevaban en hombros los nobles del reino, continuó su viaje triunfal.
Durante diez días los cuarenta mil hombres del ejército se ocuparon en abrir el cauce que empieza en los terrenos del Molino y del Trapiche y termina en Tate, heredad o pago donde habitaba la hermosa joven de quien se apasionara Pachacútec.
El agua de « la achirana del Inca » suministra abundante riego a las haciendas que hoy se conocen con los nombres de Chabalina, Belén, San Jerónimo, Tacama, San Martín, Mercedes, Santa Bárbara, Chamchajaya, Santa Elena, Vista Alegre, Sáenz, Parcona, Tayamana, Pongo, Pueblo Nuevo, Sunanpe y, por fin, Tate.
Tal, según la tradición, es el origen de la achirana, voz que significa « lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso ».
El Cerro Saraja:
Se cuenta que en la ciudad de Ica vivía una familia apurimeña, conformada por Orco Wajcha, pastor de tarucas, su mujer Pankataya, y Walli Sumac, niña huérfana que la pareja adoptó para que los sirvieran en todo, creció al lado de la pareja realizando todo tipo de labores, sobrellevando penurias, creyendo que aquellas personas eran sus verdaderos padres. Como la cosecha de maíz no abastecía el consumo diario y antes las pretenciosas comodidades que le exigía su mujer, Orco se dedicó al arriaje y a la niña la enviaba por frutos del lugar o a cazar algún animal silvestre para el sustento del día y por leña para cocinar. Un día, la niña buscando leña, llegó hasta las faldas del enorme cerro de arena, observó una hermosa laguna de aguas frescas y cristalinas; se acercó a refrescarse, cuando vio a una bella mujer con voz dulce con quien tuvo una breve conversación, contándole sobre las penurias que pasaba. La dama se acercó a la niña, la consoló y le entregó unas mazorcas de maíz y le aconsejó: “Si cumples con todos tus deberes y te comportas bien, éstas se convertirán en oro y solucionarás tus penurias” indicándole que al llegar a casa, guarde las mazorcas donde nadie las vea y a los cinco días se convertirán en oro. Transcurrido los días, la niña fue al lugar donde escondió las mazorcas y efectivamente se habían convertido en oro. Como toda niña inocente corrió a contarle a Pankataya la aventura vivida en días anteriores y se lo hicieron saber también a Orco. Ellos, cuando finalmente malgastaron todo el oro, sin darle nada a la niña, obligaron a la bondadosa Walli Sumac que fuera por más, y si regresaba sin nada, iba a ser castigada. La niña temerosa volvió a Saraja y contó a la dama encantada, la causa de su regreso, la hermosa mujer escuchó atenta y le indicó a la niña, le diga a sus tutores: “que vengan a la medianoche de la próxima luna llena, que el cerro se abrirá y ellos podrán entrar para que saquen las riquezas que quieran”, pero la niña debía quedar fuera. La niña se los dijo a sus tutores. Finalmente un 17 de mayo, noche de luna llena, fueron a Saraja. Al llegar, el cerro se abrió estrepitosamente, se veían montones de oro y sin detenerse a reflexionar, cruzaron el cerro. Apenas hicieron esto, se oyó un estruendo y salió un ser monstruoso que tenía el aspecto de diablo, ordenándoles a sus engendros que los encerraran, los ambiciosos quedaron sepultados por el “encanto” de Saraja. Se cuenta que estos “encantados”, a las doce del día o en las noches de luna nueva, forman alboroto en el interior del Cerro, se ve una niña vestida de blanco y se oye su llanto. También los famosos “Tambores de Saraja” que son los golpes que del interior del cerro los da alguien que quiere salir.







No hay comentarios:
Publicar un comentario